viernes, 21 de junio de 2013

°X

Detesto estos días del ciclo, donde voy llegando a la vuelta moribunda, a la curva rancia casi muerta que antecede al renacer. Entonces me vuelvo pequeña, en esta curva suicida, me voy sintiendo diminuta y devorada por el exterior que se engrandece. Y experimento el miedo y la rabia y la inseguridad ante la forma de mi caca, la desconfianza ante la verdadera existencia de estos hilos de ombligos que me tejen a otros planetas. Le temo entonces a la distancia, al espacio, y a los amarres entrelazados por mi piel y algo más que no es mío.

Hoy observo el ciclo, y me doy cuenta que cuando comienza inició sintiéndome como una ola grandota, con fuerza fluyendo en la corriente que brota en declive cuando el ciclo se menea y se curva, y recaigo en la pequeñez de mi ombligo, y me come lo externo y me pudro adentro y renazco floreciendo, con el pensamiento en primavera, con la libertad brotando de mis venas...

Quiero romper el círculo de una vez por todas, y dejar de reproducir en mi misma los ciclos naturalizados y ser fuerte y estar segura de mi realidad todo el tiempo.

jueves, 20 de junio de 2013

Bus07

Cuando llega, llega. Así cayo esta noche, que después del humo trajo la palabra de visita a esta garganta seca que ha gozado de ausencia de voz en estos últimos días. Hoy se dejo venir la palabra, quizá fue el bus y sus tantos vendedores que liberaron mis últimas fichas en solidaridad con su respiración/vida/existencia.

Un payaso con la sonrisa desgarrada se subió mojado al bus a presumir que hace muchos años había salido en televisión nacional, luego de emocionarse y levantar el pecho, volvió a la curva para abajo que enjutaba su cuerpo y su mirada, y aún así tocó una trompeta plástica que apenas y sacaba rescoldos de melodías.

Hoy no quería regresar a la casa a ser tragada por la almohada e ignorar el mundo, hoy quise escupir alguna de esas realidades que se desplazan a mi ombligo y en algún determinado momento, como ahora, saltan a la hoja. Hoy fue el payaso el que se comió mis palabras, el que se trago mi rostro serio y ausente, mis monedas, mis billetes... El que estiro mi memoria, y dibujo en esta hoja la atmósfera del bus que me lleva a mi destino.



Máquina*



Huirle a los recuerdos transcritos,  quemar la máquina de escribir y masticar las hojas hasta tragar el último resto de tinta.

No quiero recordar, porque al pasado lo observo oscuro, entre tinieblas y reflexiones que vagan en permanencia, y solo a veces, siempre a veces, se despejan con el paisaje, abierto antes mis ojos.

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La máquina tiembla al igual que mis piernas, sobre la mesa rebota y yo siento la profundidad de cada una de sus teclas subiendo y bajando sobre mi pelvis, entonces me excito y se abre mi círculo y se salta mi flecha y la bomba palpita y yo exploto en un poema, chorreando la silla de pura poesía escupida por mi intangibilidad y materializada espesa/derramada en abundancia.

La hoja trago un poema, y a veces siempre a veces, me dan ganas de tragarme las hojas y cagar poesía y transformar el poema y borrar la palabra y seguir siendo vida.

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Cae la madrugada y estas divisiones son barrotes por los que me escapo en esta inmensidad de la prisión de los cibermundos. Parezco resistirme o pretender resistencia, como es usual en estos discursos gastados con los que nos hemos alimentado en los últimos siglos. Intento rasgar la ventana abierta lo más grande que pueda, para abrir dimensiones nuevas en la anchura del  pensamiento y así huir, y quizá algún día abandonar el cuerpo que seguirá latiendo pero que navegará en la fuga hacia la libertad inmensa que carece de coherencia/sentido/razón en este círculo cerrado que reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/reproduce y limita/...

viernes, 14 de junio de 2013

*SomosHomos

Y la vida nos va llevando, a vos y a mi en este frenético recorrido. Desde tocar las palmas de las manos, hasta la unión de nuestra genitalidad poderosa en energía centralizada ahí, en el punto en que se abre y se erecta y se nos vuelve una.

Somos pues presas y cazadoras institucionalizadas a la especie humana. Murmuramos deseos entre piernas, nos conectamos por la boca y movemos nuestras lenguas dibujando imágenes en el interior de la carne ajena. Somos, animales enloquecidos, configurados a deslizarse en una superficie, a besarse los labios y penetrarse con las lenguas, a chupar la piel, el cuello, el ombligo, los genitales y las tetas. A moverse uno encima del otro, jadeando de placer, con la mirada desorbitada viendo otros paisajes en las pupilas dilatadas de la otra como en un espejo. Envueltas en movimientos que dibujan líneas en el cuerpo, yo ya no puedo obviar esta mi percepción humana sobre la codificación de la naturaleza desplegada también en nuestros cuerpos.

Después de tantos años luz, ya no pretendo concebir humanidad natural y primitiva, es absurdo pretender con tanto bombardeo y los rumbos que va tomando la evolución de nosotrxs lxs humanxs, seres tan modificadxs por nosotrxs mismxs.

Gemir, gemir y gemir desde este análisis interior de las sensaciones que se van experimentando a cada respiración, vuelca al orgasmo sobre mi, salpicando desde mi cerebro hasta la superficie.



lunes, 10 de junio de 2013

Distancia110613 °

Distancia envuelta/pensamientos vagabundos a la orilla de la cama. Mis pies comienzan a transformarse en letras, y salen de mi casa todas dispersas, a cruzar la frontera, a atravesar los ríos y llegar a la seca planicie de tu carne.

Distancia alberga nuevos recorridos, olores, colores, sabores, destinos. Se abren pronto los caminos en la inmensidad de mi pensamiento, se enfrentan con el presente de la llenura imaginativa y la ausencia de piel viva y experiencia compartida con vos.. cibernauta que atraviesa la pantalla y me toca con su piel de animal terrestre, impregnada de magia desconocida.

Distancia es tan relativa, porque la máquina nos une en esta ausencia, y somos en la magnitud que el tiempo, la luz y el ciberespacio nos permiten.

Se llena mi mente, mi cuerpo de sensaciones alteradas al encontrar en tus fotografías, ojos abismales donde me encuentro reflejada y soy, trascendiendo frontera/carne/ y cuerpo.

Veo tierra, veo semilla y desde esta distancia, veo también el florecer.


domingo, 9 de junio de 2013

M090613 )))))

A mi me gustan los huesos, al igual que la carne, me gusta la saliva, el flujo, los fluidos,el pelo, la sangre, la leche, me gusta la lengua, los poros, las pupilas, los lóbulos, las uñas, las tripas, el corazón y el ombligo. Me gustan las flores, y los tallos y los centros, y los pétalos y las semillas, el perfume, la miel, los frutos, las raíces. Me gustan los pelajes y las formas diversas, me gustan los ritmos y encontrar vida palpitante del otro lado de la carne. Y las nubes y el cielo, el universo, las nebulosas, las galaxias, los átomos, las partículas, el ADN. 

OBS °

Parece esta distancia eterna. La lubricación interna imposibiliza mi acercamiento a las realidades que construyo en cada esquina. Por eso me encierro, me corto la lengua, me vuelvo muda y también congelo mis manos. Espanto palabras, me trago los poemas y los defeco volviendo a atragantarme de ellos una y otra vez hasta que la materialización no puede rehusarse más a la hoja en blanco.

Engrandezco inflada de observaciones/percepciones/realidades/instantes que acumulan existencia en resistencia a la palabra. Pero volvemos a encontrarnos, como certeza de vida, como muerte y transformación la palabra resurge como un nuevo nacimiento.

Intento obviar las palabras como delimitantes de forma y subjetividad, y así, he encontrado en el silencio la inmensidad de posibilidades infinitas que trascienden a la misma.

Solo a veces/todo el tiempo anhelo tanto lo amorfo, descolocarme de esta posición de observadora "imparcial" que acaricia la realidad con el filo de la mente, y retomar la fluidez del sentir, la espontaneidad del lenguaje del cuerpo que dialoga de maneras diversas y abstractas

Una nueva concepción vendrá antes de la comprensión de la misma, concebirse en lo primario para luego comprenderse en la globalidad.


domingo, 2 de junio de 2013

móvil )))))

Tengo tiempo de observar como mi pelo se cae... lento/rápidamente/ en cualquier momento que mi mano traspasa a las profundidades de mis raíces, se deja caer como en garabatos que se enredan en mis dedos.

Yo con el tiempo, he comenzado a acariciar su textura, a sentir su grosor y jugar con él y el sonido que produce al frotarlo entre mis dedos.

Comienzo a enredarlo, a hacer bolitas de pelo, hechas por nudos que hago finamente mientras experimento mis texturas y la fusión de ellas...

Pronto haré un móvil de moscas hechas con mi pelo, que giraran en armonía codiciando mi excremento.