sábado, 29 de diciembre de 2012

Atmósfera adentro


Me he masturbado todo el día, sin descanso el clítoris palpita, bombeando viajes inolvidables de regreso  a vidas primitivas ocultas en mi espiral abierta.

Masturbando mis entrañas penetro los vacíos y me ahogo en el orgasmo de palpar la atmósfera de mis órganos, desgarrando vagina abierta,  flotando entre ovarios sagrados… más allá de todas las constelaciones, reina el calor en la temperatura de mi cuerpo, adentro de la piel, suspendido en mi grosor, me excito al cerrar mis ojos e imaginar diminutos diamantes, adentro de mi sangre, flotando en el entorno que resguarda mi carne.

Después del derrumbe tambalean mis piernas y me dejo caer en tu ser abstracto, carente de piel, guardián de la carne paraíso  que saborea mi pensamiento cuando evoca tu imagen bella a la luz del medio día, o  en la tenue oscuridad de la sala de un teatro.

Sutil, mi imaginación absorbe tu cuerpo y veo nuestras pieles erizas, palpitantes por un tambor que se esconde en el ombligo. No puede tener otro sabor la libertad que este que me otorga pensarte en sinergia con mis filias profundas y punzantes, que envuelven tu ser en una fantasía de  ternura despiadada que enamora mis sentidos y paraliza mi materia ardiente por explotar ante tus ojos e inundar tus poros como una tormenta de invierno.

Sofocada regreso al cuerpo y la poesía no me cabe en la garganta, se mama mi sangre y escupe tinta, necesita carne y yo te huelo cerca, rondando desnuda con tu piel olor a primavera. Enigmática y quizá dispuesta a ser la superficie de la palabra que brota de mi lengua, que precisa carne como arena, en temporada de sublimes oleadas que desaparecen al final de cada noche. 

Piel vacía


El sonido del interruptor aconteció la luz blanca que salió disparada del foco del techo, el hombre de blanco abrió la cámara refrigerada y entre cortinas transparentes, vi un cuerpo desnudo asomarse sobre una camilla. El cuerpo emblanquecido reposaba inerte y frío, era él. Estaba desnudo, con el torso partido y decorado por una trenza de hilo negro que atravesaba su carne del ombligo a la garganta. Con los ojos vacíos; uno algo medio abierto,  dejaba ver al paisaje muerto, de sus ojos verdes y ahora baldíos.

Movida por la nostalgia de lo perdido, de lo que había huido mi mano aterrizo en su hombro y se encorvo cohibida ante la carne muerta y fría, congelada tras varios días en la morgue del pueblo.  

Levemente mi mano comenzó a moverse, como si acariciara a un recién nacido con temor a lastimarlo, y enternecida por la nueva vida,  sentí la piel vacía y recordé al vagabundo de hace unos años,  recordé al cristiano que eyaculaba alcohol en el nombre de cristo. Recordé al farsante más tierno del mundo, al muchacho que entre piedras de crack consumió su potencial para sobrevivir a esta vida. Hundido en la agonía constante, delinquir entre delirios de sanación fue la única opción para calmar el dolor de la soledad ausente, lejos de la piel, lejos de casa.

Todo se había derrumbado, disperso y ahora, ya no existía más.  Levante la mirada fulminada por un pasado con el que el único reencuentro era la muerte… inesperada siempre, pero siempre tan real y verdadera como nada más. 

Despejando la mirada en la luz blanca, fría e invasiva del techo, con el corazón latiendo agotado y muriendo, afirme que el cuerpo sobre la camilla, solía ser mi hermano mayor.

martes, 30 de octubre de 2012

C



Huele a óleo entre tu pelo
Sobre olas de acrílico espeso
Navega en tus caderas
Mi barca de papel

Tiñendo con sangre
Explotas burbujas
Sobre la superficie
Absurdamente inmensa

Se derraman las piernas
Viscosa
Deja huella
La mancha escarlata
Que atrapa tu rastro

Perdida en la forma
Hundida en la nada
Detrás de lo oscuro de los colores brillantes
Estas…
¡Más bella que nunca!

martes, 2 de octubre de 2012

1'



Hoy no necesito sentirme poeta
simplemente soy alguien que se aferra a las letras
que se sujeta a la lengua para no caer en los mares ocultos detrás de la garganta

Cuando me desangro entre palabras
se masturba mi tristeza
y por fin suceden instantes
de felicidad sentenciada
a desaparecer
probablemente
ahora...

domingo, 30 de septiembre de 2012

La letra



Solo un segundo
un segundo nada más
NECESITO escupir una letra
y con ella
firmar mi renuncia
a esta sociedad tan mierda
que se pudre entre placentas
que podridas acrecientan
la sobrepoblación

Solo quiero escupir una letra
sangrar en la vocal
y agonizar en la palabra

Hoy no estoy en la nada
porque si esto fuera la nada
no habría nada por escribir
y hoy tengo la vena inflamada
cargada con tinta que amenaza a manchar la obsoleta estructura del sistema
que amenaza
con inundar oídos y orejas, ojos, labios, lengua, garganta, ombligo, corazón, conciencia.

Quiero escupir una letra
con mi sangre opulenta
que derrama del caudal que acechan los vampiros.






martes, 25 de septiembre de 2012

la mierda*



En la mirada al pasado
Sobrevive la rebeldía
Del sentimiento añejado
En el revoloteo de la libertad
Que reina entre las almas que protestan
Ante los sistemas regulatorios
Que minimizan las vidas a cuadrados pequeños
Pequeños como las televisiones o los sets de rodajes
De películas tontas
O las grabaciones de las cámaras de seguridad de los bancos


El pasado ha evolucionado
Ha tomado un proceso menor al pronóstico del olvido
Después de la masacre
Los imperios reinan
En la cúspide de sus empresas
Mineras/ bananeras/ petroleras/ cafetaleras/ hidroeléctricas para lavarse el corazón

Sigue siendo la misma mierda…
Y yo me pregunto si:
¿La mierda evoluciona antes que nosotros?
O ¿nosotros evolucionamos en dirección hacia la mierda?

Sentada a la izquierda de la mierda
A la derecha
En el centro
Por todos lados
Protesto con arrogancia
A este egocentrismo tan hijo de puta
A este individualismo tan indiferente
Que nos tiene comiendo
De la mierda

Sostengo mi verdad con claridad en mi conciencia
Más aun soy prisionera
De este pulpo gigantesco que se chupa las ciudades y la tierra

Será bueno salir un día de la casa con todos los papeles
Y quemarlos mientras navegamos en un barco hacia el fin del mar.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Porcelana fría



Lloro en la masa
Al sudar con mis manos
Acaricio las formas
Transgredo la tridimensionalidad
Y me derrito en la esencia

Deforme la materia
Se me pega entre los dedos
Implorándole a mis manos
Moldear su existencia
Hacer de ella
Una gota de lluvia
Un carrusel oxidado
Una montaña alta
Un sol
Una espiral
Una sirena que sale de las piernas de una mujer mulata
O una tabla de madera que me salve de la corriente enfurecida

La masa busca en mí la forma
Y yo su posibilidad infinita.

martes, 18 de septiembre de 2012

Grandes olas nocturnas



Lloverán olas nocturnas
Y el tsunami nos sorprenderá durmiendo desnudos
La corriente nos llevara sin percatarnos
El agua con furia nos arrastrara
Con nuestra chatarra por delante

Nosotros despertaremos
Entre tanta basura que creíamos todo y ahora es tan diminuta
Lloraremos ahogados
Con nuestro propio llanto
Con nuestra propia saliva
Y nuestra propia mierda

Imploraremos a la naturaleza cesar las aguas
Y devolvernos a casa

Sabemos ya
Que la puerta estará cerrada
La ventana tal ves abierta
Y la cortina seguramente abajo…
No seremos bienvenidos de vuelta
Tendremos que conquistar el espacio

domingo, 16 de septiembre de 2012

Necesito empleo

Hoy fue un día valiente
No intente esquivar las avalanchas de sal


Simplemente no vinieron

Vinieron sueños violadores
Cartas mal escritas
Correos electronicos con archivos adjuntos
Que eran imágenes de vos y tu ex novia cogiendo en el cajón

El hambre tampoco amenazo tan fuerte en la mañana
Por la tarde le di rienda suelta a mi mano
Y me extirpé el clítoris entre los dedos

Por suerte todo fue un sueño
Detrás de un orgasmo añejado
Desperté
Y el clítoris sigue pulsando

Sobreviví a la peste de los domingos
Con un par de heridas en la garganta 
Y una sobredosis de palabras 
Que exijen papel

La noche luce prometedora 
Con su vestido de letras
Pero no logra despistarme
Mañana es lunes y así los días comenzaran a desenterrarse

El futuro existe
Despierta el sonido de las cajas registradoras en mi mente…
Necesito
Conseguir un empleo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Yo escucho el sonido del encendedor


(Sonido de encendedor tres veces)

De nuevo yo
Llenadome la garganta
De esta soledad vacía
Que espero me vacíe
Hasta agotar mí sangre

(Sonido de encendedor tres veces)

De nuevo yo
Cohibida después de ser agua
Con los ojos desgarrados por cristales que no lograron fluir
Corriente abajo
Se deslizo la sal
Y ardió la piel

(Sonido de encendedor tres veces/ sonido abejas)

Me siento congelada
Como una estatuilla salada
Parada a la par de un panal que calcina millones de abejas
Dulcemente

(Sonido de encendedor tres veces/ sonido abejas)

Se abre la puerta dibujada en mi vientre
Tengo la esperanza de salir
De escapar de la piedra
Y resucitar en la miel
Pero no sale nada
De lo que creía
Vivo por dentro

(Sonido de televisores/ sonido abejas)

Soy yo
Se asoman las multitudes
He sobrevivido
Existo
Las abejas existen
Las siento encima
Comiendo de mí
Quiero salir
Ya no aguanto
Soy miel
Soy semilla
Soy estatua
Sal
Y tormenta

Atardeciendo

Te espere toda la tarde, sentada en la ventana con las piernas abiertas, creí que si veías al sol entre mis piernas, a un par de cuadras de distancia, vendrías sedienta por querer atardecerlo entre tus labios. Así paso una hora y dos más tarde y tres después, comienzo a acostumbrarme a que vos sos la persona mas lenta y que ni porque tenga una bomba en el ombligo vendrías sin demorar. Continua la espera, prefiero cerrar las piernas pues el airecito amenaza con ganarte la batalla y yo quiero estallar encima de vos como si no lo hubiera hecho nunca. Me pierdo entre nubes, montañas y edificios, desde este décimo piso la vida se mira diferente. De pronto aparece tu delgada silueta jugando con la sombra que rebota sobre la calle, yo me pongo tensa, aprieto un poco más y se me sale una gota. Espero sentada hasta que suena el timbre, corro hacia la puerta, abro y salto directo a tu boca, te beso lento porque tengo una eternidad sin hacerlo y quiero sentir como tu lengua se introduce en mi boca, me gusta sentir tu plenitud, que estas desbordándote a tus anchas dentro de mi.

Caminamos por la sala, no puedo quitar mis manos de tu cuello, de tus hombros, de tu pecho, nos olfateamos como dos fieras enternecidas por el olor a carne sangrienta y jugosa. Te siento sobre la silla, frente a la ventana, me poso encima de vos, una pierna de cada lado, estas atrapada en mi telaraña por hoy. Huelo tu cara, me encanta hacerlo, cerca de las orejas oles tan rico que me derrito y vos lo sentís. Sonreís tierna, agarras mi cintura, me miras con esos ojos verdes que saben que soy tuya, te acercas a mi boca y nuestro remolino explota, somos el universo, el océano en nuestras bocas, rebotan las cuevas en nuestras caderas al ritmo del corazón. La tela se desvanece, cae fuera de nuestra piel, entonces nos encontramos vos y yo, como siempre, reflejadas en el espejo de la carne, te acaricio al borde de tu singularidad y me derramo, espesa cae la gota sobre tu pierna como cuando se siembra una flor. Vos sos el desierto, desde que te fuiste ya no existen las flores y arden sobre tu piel las gotas de primavera.

No voy a desconcentrarme, la tormenta quedo en el pasado y las sirenas chapotean sus colas en nuestras lenguas incitándonos a bajar. En mis algas te envuelvo y las tuyas renacen dentro de mí, agarras mis nalgas con fuerza, haciéndome bajar, haciéndome abrir, te sentís dentro de mi y te volves loca, yo me prendo de tu oreja, se estrellan nuestros pezones y sacamos chispas de placer, tu boca comienza a buscarme, a encontrar dentro de mi a la vieja madre que se pudrió en otras vidas, mamas de mis tetas como queriendo ahogarte, yo me erizo y grito al sentirme en el borde de tu garganta, en el precipicio de tu inmensidad. Te detengo, pongo brazos de distancia y sonrío como quien ya conoce el paraíso sin necesidad de esperar a la muerte.

Me meneo al vaivén de las olas que hierven mis óvulos y comienzo a subir a bajar, dejando al aire colarse entre tu clítoris y mi vagina. Vos saltas como un delfín que agoniza para entrar a la cueva más bella del mundo, yo te rescato, sostengo tu torso entre mis brazos, juntos nuestros corazones, el tambor rebota tras nuestra piel. Revolotean mariposas, se abren las rosas, el rocío comienza a descender. Me recuesto en tus pechos, pequeños luceros que algún día fueron estrellas y me abro mas y mas y mas, vos me posees con tus manos incrustadas en mis caderas, me moves una y otra vez sin parar como si cavaras un túnel despacio dentro de mi.

El sol comienza atardecer y vos me volteas bruscamente hacia la ventana, yo me agacho intentando alinear al sol entre mis labios para vos, entonces me nalgueas, me tocas, me agarras fuerte de las caderas y me dejas caer encima de vos, como el tallo en la rosa entras dentro de mi, sintiéndonos inmensas una en la otra, me prometes al oído mas que la media noche, yo me derrito sobre vos mientras siento tu fuerza, tu clítoris palpita dentro de mi, el mío responde con un grito que revienta las ventanas y me hace volar, me eleva hasta donde el cielo finaliza y no existe mas, me dejas caer una y otra vez hasta que nuestros corazones se paralizan en medio del océano que se desbordo en la silla, en la ventana, en el piso, en el corazón… en nuestra existencia.

domingo, 27 de mayo de 2012

El bosque y Sociedad 8


Hace unas semanas comencé a frecuentar un café que esta situado en el centro de la ciudad, ha decir verdad es un café bastante exótico, punto de reunión de grandes intelectuales, en el ambiente se respiran feromonas con un cociente intelectual gigantesco, se intercambian conversaciones con palabras rebuscadas y las peculiares cabelleras son las que mas resaltan en dicho salón.

Mi última visita al café fue bastante extraña, conocí a un tipo que irradiaba una energía muy intensa, me percate de su presencia desde que entre y sentí como su mirada consumía cada uno de mis átomos. Ambos bebíamos cerveza y disfrutábamos de un profundo intercambio de miradas.

Poco a poco fuimos acercándonos y comenzamos a hablar. Lo primero que dijo fue su nombre, se llamaba Sociedad- me pareció muy extraño que se llamara así pero eso era lo de menos. Muchos fueron los temas que abordamos, desde nuestros problemas políticos electorales hasta los choques que se dan entre las especies del ecosistema y nuestro objetivo como humanos: la autodestrucción.

Por momentos fijaba mi mirada entre sus labios y visualizaba cada una de las letras que salían de su boca, como cuando revienta una ola, era maravilloso escucharlo. Sus letras se transportaban a través de corrientes de aire y de su calido aliento, se introducían dentro de mí y adentro explotaban como balas de colores haciendo de mí su lienzo presa y creando una gran mancha de diversidad.

Al cabo de un par de horas el café nos parecía una celda de encierro, salimos y dimos una vuelta por el centro. Mientras transcurrían los minutos Sociedad me hacia danzar baladas de misterio con una melodía silenciosa y una inquietante mirada ¡El tipo me resultaba tan atractivo que lograba intimidarme! (cuestión un tanto difícil en tan insípido espécimen como yo: escéptica activa y frustrada). Ese misterio que transpiraba Sociedad me hacia dudar… pero su sonrisa, su voz y sus palabras se convertían en una excitante carnada para un pasional pececito como yo.

Mientras caminábamos, accidentalmente nuestras manos se rozaron un par de veces. Cada roce con el desplegaba una nube pornográfica en mi cabeza, visualizaba nuestros cuerpos desnudos amontonados uno sobre otro en algún rincón lujurioso de este universo, simultáneamente corría un torrente de mágicos fluidos en el abismo situado en medio de mis piernas…

¡LO QUE MAS DESEABA ERA ENTRELAZARME CON SOCIEDAD Y FORMAR PARTE DE EL!

Despedimos al sol con un grandioso atardecer lleno de letras y emociones y recibimos a la luna con una latente promesa de encontrarnos de nuevo, intercambiamos teléfonos y Sociedad prometió llamar tan pronto le fuera posible. Yo en medio de tanta fantasía olvide mi existencia y los días siguientes lo único que hacia era esperar su llamada.

La mañana del miércoles comenzó con una leve llovizna que azotaba mi ventana. Yo sumergida en mis sabanas de algodón, escuchaba las noticias por la radio. Sonó el teléfono y fui a contestar… era Sociedad, llamaba para invitarme a cenar fuera de la ciudad, dijo que pasara al café donde nos conocimos, que ahí me había dejado un mapa con las indicaciones para llegar a nuestro punto de encuentro de esa noche. Mi corazón saltaba, mis piernas temblaban de emoción por el remolino que se aproximaba desde adentro ¡No podía esperar a la hora acordada para ver a través de sus profundos ojos negros!

Esa tarde luego de tomar un largo baño y de una intensa búsqueda dentro de mi ropero, estaba lista para recoger el misterioso mapa y emprender mi camino hacia Sociedad, así lo hice, así fue.

Ya con el mapa en mis manos y a media carretera, mis hormonas se salían por la ventana, el punto final del mapa se acercaba y mientras, yo me introducía por un camino sin asfalto el cual me conducía hasta Sociedad.

Por fin desde lejos vi su silueta esperándome en la puerta de un gran terreno, me estacione y me baje del carro como volando en dirección hacia sus brazos. Aunque solo nos alumbraba la tenue luz del foco de la entrada pude ver que la mirada de Sociedad era distinta, tenía un brillo muy peculiar que llamo mi atención y a la vez me embarco en  un sueño sin destino.

Me pasaba que cuando estaba junto a Sociedad entraba en un tipo de estado de inconciencia y lo único que mandaba sobre mi era mi deseo por el. Aun, cuando el día en que lo conocí pensé que eran mis instintos animales los que despertaron en mi esa locura insaciable, sabia que el era diferente, como nadie mas, el era único, era especial.

Ya adentro del terreno podía respirar la magia de las hierbas silvestres y mientras caminábamos adentrándonos en el bosque, Sociedad y yo nos transformamos en niños dementes y corríamos alrededor de los árboles y hacíamos el amor entre los troncos y las raíces. Nos enterramos en la tierra y Sociedad frenéticamente regó la semilla que florecía dentro de mí.

Luego de esa gran revolución de átomos juntos/dispersos y de la comunión de hormonas que establecimos, pensé que seria el fin de esa noche ¡tan maravillosa! y me quede profundamente dormida como si estuviera dentro del vientre de mi madre.

Desperté a causa de un delicado sonido que parecía venir de lejos, yo me encontraba en medio del bosque y al nomás abrir mis ojos pude notar que Sociedad no estaba a mi lado. Me levante y comencé a quitar la tierra que tenia dispersa por todo el cuerpo, me vestí y empecé a caminar. A cada paso que daba los sonidos se volvían mas fuertes e intensos, me parecía escuchar gritos a lo lejos y debo admitir que sentí miedo al adentrarme en el bosque sin saber a donde podría llegar.

Continúe caminando y a lo lejos podía ver un claro en el bosque. Era como un círculo estampado de tierra el cual estaba rodeado por gigantescos árboles, que cuidaban de esa circunferencia de tierra sagrada, donde reposaba plenamente la mágica iluminación de la luna.

Baje el ritmo de mis pasos, cada vez me acercaba más a ese espacio iluminado y por fin vi a Sociedad, estaba sentado en medio del inmenso círculo de naturaleza. Solo podía ver su espalda y su postura encorvada, entonces, aumente el ritmo de mis pasos y entre dentro del círculo verde. Al atravesar los árboles para introducirme en dicha circunferencia sentí que algo en mi se quedaba afuera… a partir de ese momento solo era un animal humano que delirando mamaba la colosal energía de la luna.

Caminaba, caminaba y cada paso que avanzaba sentía que algo en mi cambiaba, poco a poco iba vaciándome de mi y cambiándome la piel. Podía ser pez y a la vez conejo, por ratos existía y por otros simplemente formaba parte de la nada. Pero de lo que no podía aislarme era del sonido de los gritos que agudamente aumentaban y como música alimentaba a mis oídos.

Cuando logre acercarme a Sociedad, sentí un olor delirante que intoxico mi cabeza. Lo vi,  tendido en la tierra encima de una mujer desnuda que gritaba más y más mientras Sociedad le arrancaba con los dientes el cordón de su existencia.

El volteo hacia mi y en sus ojos se dibujaba una espiral tornasol que me incitaba a perderme, a irme lejos de mi conciencia, a atragantarme de las masas para que ellas formaran parte de mi y no yo de ellas. Yo pertenecía a Sociedad pues en ese momento todo de mi estaba dentro de el y lo único que quedaba era un ser humano enloquecido por su misma especie.

En el momento en el que me solté dentro de la inmensa espiral podía leer la mente de Sociedad, ¡éramos un todo!... y deambulábamos alimentándonos de “seres mágicos” que se atravesaban en nuestra velada. Acompañados de la sádica melodía Sociedad decidió alimentar mi existencia y excitadamente me trague su cordón umbilical, chorros de sangre hidrataban mi garganta y me provocaban mas sed.

De pronto Sociedad salio corriendo como niño avergonzado a esconderse entre los árboles. No lograba encontrarlo, hasta que por fin lo vi comiendo un cráneo envuelto en dulce de piel humana, Sociedad alimentaba su inteligencia y me hipnotizaba jugando con malabares de cráneos untados con masa encefálica de colores, más  aun con los genitales y piernas de mujer que salían de su mágico sombrero…Sin dudarlo, el era un mago que sin darme cuenta me puso a volar en una burbuja de delirios constantes.

Inesperadamente Sociedad corrió hacia mí estrellándose contra mi existencia y vomito en mi boca toda la inteligencia que había succionado previamente, luego nos besamos y por unos minutos dejamos de ser carne y huesos, me olvide de mi singularidad de materia y me sentí parte del paisaje. Pasamos horas abrazados y haciéndonos el amor como dos caníbales locamente enamorados. El me enterraba en la tierra y cuando su éxtasis descendía del infinito, sobre mi llovía miel con sabor a vida, la cual en gotas llegaba espesa hasta las profundidades del mundo oculto dentro de mis labios secretos y se procreaban espirales en mi interior.

La noche podía respirar el caos, las estrellas ahuyentadas dejaron los cielos y la luna sutilmente se ocultaba entre las nubes que poco a poco cambiaban de color. Cuando me percate que la luz era diferente me volví aun más loca.  Tenía a Sociedad encima de mi y mi mirada clavada entre los cielos que poco a poco evolucionaban a la realidad. En ese instante lo único que pude pensar era en que pronto llegaría la mañana y que Sociedad se iría lejos, muy lejos de mí. Ya no podría respirarlo mas ni tampoco sentirlo como entonces, tan adentro, tan mío, tan yo, tan nosotros.

Mientras la leche de mis hormonas aterrizaba sobre nuestra piel, mis sentidos desquiciados me ahogaron con la sangre de la vena yugular que permanecía entre mis dientes…intensamente mame la sangre que brotaba del cuello de Sociedad y por fin logre saciar mi sed.

Poco a poco las espirales en los ojos de Sociedad cesaron y lo único que quedo de ellas fue un punto perfecto. Le saque el corazón y me bebí toda su sangre, luego lo enterré en la tierra fértil que habíamos engendrado y tristemente lo deje ahí para seguir con mi camino muy lejos de el.

El sol despertaba entre nubes, la noche había quedado en el pasado y yo seguía caminando, adentrándome en el bosque, perdiéndome entre las ramas, liberándome del circulo verde, expandiéndome por el todo y ocultándome en el, pues hay una realidad que hasta hoy me tiene cautiva.

Han pasado noches y días, pero ninguna noche como aquella noche suicida. Cada paso dado ha despertado en mi muchas dudas y muchos pensamientos, he caminado por no se cuanto tiempo y tengo latente el recuerdo de Sociedad y de “nuestra velada”. Aun no logro comprender la magia bizarra que se respiraba en el ambiente del bosque aquella noche pero trato de dejar a Sociedad muy atrás de mis pensamientos para así poder encontrarme en alguna parte del infinito ∞