Me limpio de vos energía maligna, que aunque no tenés voz la
furia se desborda por tus ojos de anaconda clandestina, perpetua en esta tierra
en la que yo tanto deseo cultivar algunas flores.
Andate pesadilla que estos últimos días me has provocado el
odio hacia toda mi especie, mi comuna territorio contaminado de poderes
microcósmicos que complotan en mi contra, como vos conjunto de átomos que
transita en mi vía tirando flechazos con metáforas corpóreas, con las que el silencio,
vos y yo nos entendemos.
Procure sonreírte con el sol reposando sobre mi lengua, pero
vos sos una cueva que a pesar de saberse inmensa en su variedad de texturas, tu
estrechura no da paso a que la piedra prisionera salga y sea feliz a la orilla
de la montaña viendo al sol ocultarse.
Yo me libero de vos y agradezco saber que mientras más
conozco a la humanidad, más descubro el relacionamiento de amor que tengo y
quiero tener con los animales de otras especies. Salir ya de esta silueta que
delimita nuestras formas de amar e interactuar y saltar la brecha hacía la
existencia exterior a mí, abierta a nuevas posibilidades sensitivas de amor
infinito.
Abrite universo, que mi humanidad sea solo el recurso y no
el fin de mi transitoria existencia.
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