Cansancio permanente del cuerpo.
Del verbo sexo me conjugo, sin embargo, jugar más allá del sexo deseo.
En lo vivo de un pensamiento libre, migro de la capital corpórea a la marginalidad precisa, a lo innombrable de este lenguaje tan sobre expuesto y tan vacío.
Cansancio del cuerpo nuevamente. Despellejando pensamientos, muta una piel sin carne a la poesía de un hueso con historia.
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