Que no me señalen los ojos
Que me dejen libre de enfermedad y peste
Que nada entre
Que la dicotomía jamás nos alcance
Que nunca cale el binarismo en esta multiplicidad de piel y escamas
Me señalé al espejo
cuando rompí mi forma, cuando me quebré la mirada y reposé abstracta sin saber
de rumbos.
Derrumbo el recelo de
no pertenecer a una misma cárcel. Cuando en el ojo encontré el diente del
corazón, supe que la herida era una boca abierta que no cerrará nunca la
apertura a este odio colectivo.
Cicatriz de vida por
la que transitamos muriendo. Cada día muere más la libertad entre el pensamiento.
yo aún pienso…
yo aún pienso…
–En despertar un día sin percibir la diferencia entre mi cuerpo y la
superficie-
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