martes, 8 de abril de 2014

RCD8°

Y vaya que nos ha pasado. Eso de recordar una imagen y brotar lágrimas de los ojos. Eso de desarrollar taquicardía al sentir un olor familiar en el metro.

Los dedos ya no alcanzan para contar los agujeros que entre recuerdos -consolidan tu cuerpo vago e intangible- en este camino sin fin      . 

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