De
cómo toda una estructura moralista obsoleta tiembla antes dos mujeres
que deciden explorar sus vaginas y visibilizar sus cuellos uterinos: Festival Ixchel Na'ik Madera
Fotografía: Celeste Mayorga
Jueves 6 de Noviembre 2014, Ciudad Guatemala, Teatro Dick Smith IGA-
Tras un proceso de diálogo continuo sobre nuestras experiencias
corporales, tanto individuales como colectivas y nuestros procesos
auto-exploratorios, mi compañera de acción Gabriela y yo quedamos
impresionadas al observar que la mayoría de mujeres que transitamos
cuerpos biológicos sexuados como femeninos, pasamos la vida entera sin
conocer ni tener conciencia tanto de nuestros órganos internos como
externos. Nos pareció que llegar a estos momentos de la historia, sin
abordar todas las posibilidades de exploración, y, dejando una vez más
los mandatos del conocimiento sobre nuestros propios cuerpos
exclusivamente a sectores de la sociedad encargados de la salud -que
además, se mantienen en función de un sistema
heteronormativo-capitalista-y patriarcal - era contribuir y mantener la
privatización de los cuerpos a través del tabú y las restricciones
morales impuestas para la expropiación de los cuerpos de las mujeres.
Además de cargar con una sexualización genital que va en función de la
reproducción sexual como condición básica y “destino de vida” para
nosotras las mujeres, nos pareció que esta aparente imposibilidad de
observar por nuestra propia cuenta nuestras rutas de gestación, como lo
es nuestro cuello uterino ubicado dentro de la vagina, era una
estrategia más para mantener a las mujeres en el total desconocimiento
de nuestros propios territorios corporales y por lo tanto, poco
empoderadas de nosotras mismas, de nuestra salud y de nuestras propias
decisiones.
Viviendo en un país como Guatemala, en el que el
cáncer uterino es la causa principal de muertes relacionadas al cáncer
entre las mujeres, nos pareció de suma urgencia visibilizar y
empoderarnos del recurso de la autoexploración para exponer con mayor
simplicidad los procesos de revisión médica y sobre todo, de
autoconocimiento que las mujeres deberíamos de tener para estar
sintonizadas con nuestras realidades y nuestra salud, y para revelarnos
ante las asignaciones que hay sobre nosotras de ser máquinas
reproductoras, de las que lo único que se interesa obtener es más
especie humana, más trabajadores, más fuerza de trabajo, más producción y
por lo tanto más dinero. Y a las cuales luego las contagian, las matan,
las silencian o las dejan morir lentamente.
Otro enfoque que
quisimos trabajar desde nuestra propuesta artística fue la
desexualización de nuestros órganos, la libertad de recorrido por
nuestros cuerpos, la autonomía que cada día vamos exigiendo desde nuevos
lugares, la idea de que algún día el abrirnos la vagina y ver nuestros
cuellos uterinos sea igual de cómodo y amoroso que abrirnos la boca y
vernos la garganta.
Nos pareció que la simple acción de
representarnos como dos mujeres dispuestas a explorarse mutuamente desde
la garganta hasta la vagina en un espacio público, y sobretodo en una
plataforma artística e impulsadora de nuevos cuestionamientos, como lo
es el Festival Ixchel, organizado por el Grupo de Músicas Naik Madera,
era justo lo que necesitábamos para poder visibilizar todo este cúmulo
de simbolismos, imposiciones y restricciones que hay sobre nuestros
cuerpos y por supuesto, lo que nos interesa más, ponerlo a discusión y
abierto al diálogo en especial entre mujeres.
Como nunca lo
esperamos, llegó el día, realizamos la acción de una manera muy
espontánea, como queríamos que fuera, simple, juguetona, tímida pero
empoderada. Introducimos espéculos en nuestras bocas, luego en nuestras
vaginas y nos vimos a través de espejos. Salimos del teatro muy
contentas, en especial porque estuvieron muchas compañeras artistas de
diferentes partes de Centroamérica que formaban parte del festival en
esta edición, y quienes harían sus presentaciones días siguientes de la
nuestra. Para nuestra sorpresa, los dos días restantes del Festival
Ixchel fueron cancelados dos horas antes de las presentaciones
calendarizadas, su argumento fue que el Teatro Dick Smith había recibido
críticas desde su junta directiva por actos “poco apropiados”
realizados los días previos del Festival y que por lo tanto, tenían que
suspender toda actividad acordada. Las presentaciones de compañeras
artistas que vinieron de distintos países quedaron suspendidas luego de
grandes esfuerzos para poder presentarse.
Nos sentimos
INDIGNADAS ante la reacción-respuesta-censura de parte del Teatro Dick
Smith y su junta directiva, ante nuestra propuesta performática, ante la
visibilización de estos cuestionamientos y posiciones políticas que van
surgiendo desde nosotras las mujeres y nuestros cuerpos. Pero de sobre
manera, nos parece un abuso total, la censura que hubo para las demás
artistas que ya no pudieron presentarse en dicho espacio.
Nos
parece que todo lo que desembocó dicha acción, es un reflejo, una
evidencia más de la condición doble moralista, estigmática, misógina,
machista y violenta que vivimos como país. Y una muestra más del temor a
que las mujeres conozcamos nuestros cuerpos y nos empoderemos de ellos y
nuestras decisiones. Lamentamos muchísimo lo ocurrido para con el
Festival Ixchel, y nos solidarizamos tanto con su organización como con
todas las compañeras participantes de esta edición.
¡REPUDIAMOS
LAS ACCIONES DE CENSURA DE PARTE DEL TEATRO DICK SMITH, PERO CELEBRAMOS Y
GOZAMOS AL HACER TEMBLAR LAS ESTRUCTURAS DE UN SISTEMA, CON TAN SOLO
REVISARNOS LA VAGINA! …NO PODRÁN CALLARNOS NI DECIRNOS HASTA DÓNDE
LLEGAR EN NUESTROS PROPIOS PROCESOS, PORQUE SIEMPRE HABRÁ UN CUERPO
DISPUESTO A DECIR, Y A LUCHAR POR SU AUTONOMÍA