miércoles, 5 de febrero de 2014

Rat5°

La rata se eleva, evidenciando ante la multitud los agujeros del queso, algunas otras ratas entre la multitud se sienten asombradas ante la iluminación de la divina rata gorda, lúcida entre las lucideses de esta alcantarilla, la cual entrega su vida entera a catar quesos podridos con la boca llena.

Aclamemos pues a la rata gorda iluminada, hasta que se le hinchen las panzas y exploten sus sesos divinos llenos de lucidez colectiva.

Oh rata grande gorda divinamente lúcida e iluminada, sin vos, nunca habría percibido al cerebro tan chiquito y la vez tan inmenso...

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