domingo, 7 de abril de 2013

Recuerdocaracol


...Porque me ahogo entre tus pechos como si nunca hubiese sido niño,  e ingenuo intento saciar esta sed de ninfa en metamorfosis  con sabor a leche.  Rebosantes  se derraman tus fluidos, en mi boca tobogán de terciopelo. Mi lengua succiona tus pezones endulzados  y mis costillas se abren por la fuerza magnética que conecta nuestros torsos.

Las caderas navegantes son mi locura. Como conejo silvestre con el mínimo roce de carne /imagen pierdo la razón y el instinto me posee en saltos mágicos que tributan placer y ternura al salvajismo de nuestra sexualidad libre. Entonces salto, como  conejo acelerado por cavar su madriguera en medio de tus piernas. Mi cerebro se ilumina,  en esta travesía de los túneles aguosos ocultos en tu carne seca. Escupo en vos todo el camino, para resbalar mi piel e inventar un mar y reposar sobre la misma ola. 

Olfateo  en tus cabellos, respiro tu olor y me vuelve el aroma a madera de árbol añejo. Pienso en un cofre abajo  del mar, donde estuve atrapado, saltando sin parar hasta alcanzar la ola…Y recuerdo el olor que desprendía el caracol que flotaba en nuestro mar, cuando tu lengua saboreaba la arena. 

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