Vamos a huir por los poros
A romper las distancias y detener la adicción a la cercanía
de la carne
Quiero desamarrarme el ombligo y soltar un globo de él para
nunca más intentar sujetar algún ser desde ese orificio
Mi ombligo, fruto de la imaginación que amamanta mi
esperanza de amor verdadero hacia mi especie, duele ante disparos de poder que
salen de él y reafirman un círculo cerrado, del que tanto el como yo, ya nos
aburrimos.
Debo rasgar los hilos que tejen mi carne y dejar que el
viento sople en libertad para unirlos nuevamente e integrarlos en la voluntad
del fluir del fluido que brota de mis ojos en señal de resistencia
Nadie sabe lo difícil que es soltar hasta que estas colgada
de una torre de carne que bombea vida y suda leche
Leche que se disuelve entre mis manos y me acerca a la
agonía de soltar el palpitar y caer al vacío
Con esperanzas de volver
Quizás
Pero con hambre
De morder la nada
Y quedarme ahí soterrada
Hasta que baje una teta del cielo y vuelva a revivir el elixir del calostro entre mis huesos
Hasta que baje una teta del cielo y vuelva a revivir el elixir del calostro entre mis huesos
Y vuelva entonces a sentir
Que la poesía no me cabe en la garganta
Que la poesía no me cabe en la garganta
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