Cuando duele el corazón,
no hay nada mas por decir,
Al final son las lágrimas,
las que gritan en silencio.
Cuando duele el corazón,
mi cuerpo se transforma en desierto,
y yo desaparezco,
yo me escondo,
yo asustada gateo hacia las entrañas de mi madre,
e hincada le imploro vuelva a abrigarme en su vientre,
vuelva a embriagarme con su leche,
Pero sobretodo le ruego,
nunca vuelva a parirme de nuevo.
No quiero estar sola,
Porque estar sola significa estar a solas con todos esos yo,
prisioneros de mi existencia.
Las lágrimas prescinden de palabras.
ResponderEliminarDesgarrante lo que le llegarías a rogar a tu madre ante el corazón en dolor.
no sabes hasta donde me identifique con este post.
ResponderEliminargracias por compartir tus poemas con nosotros Numa.