Sin darte cuenta me trepe la alta escalera de tus hormonas,
Sin darme cuenta me fui disolviendo entre cada escalón…
Esa noche llovía sin tempestad.
De cabeza me esperabas en la cima, y sobre el asfalto flotaban tus pies.
Cada paso que avanzaba, disfrutaba el panorama de tu piel eriza ante los remolinos de mis respiraciones.
Por momentos la excitante altura me enloquecía, sentía que me vendría cabeza abajo y no sabía en donde podría toda esta aventura acabar.
Anheladamente...
Me rescataste en el instante en el que me quedaba sin aire flotando sobre tu imagen tendida en mi cama, regrese a la realidad y sofocada caí entre tu infinito de carne y hueso.
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