Números, números, NUMEROS! En ese blanco y espacioso mar abierto, con sabor de dulce y fresquedad como del oxigeno puro e invisible, estrellándose contra mi, un diminuto feto, protegido y cubierto por capas y capas de piel maternal.
Paraíso acuático, que relaja y armoniza a mi ser. Lo prepara para el mas delicioso purgatorio, alias planeta tierra.
Aposento subliminal, demasiados buenos momento los que en esos 9 dichosos meses pude experimentar.
Clímax de mi existencia, en ese entorno dependiente y singular, meditando en ausencia de compañía, entendiendo y olvidando las claves de descodificación humano-planetaria.
Y de pronto aparece VIDA!
Sensaciones y sentimientos a flor de piel.
Interacción colectiva y dependencia a la madre naturaleza.
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