Mis emociones se confunden mientras mi boca comienza a abrirse. Mis manos se extienden sobre tu piel de mariposa con escamas multicolor.
Estas en la cama, enrollada en un capullo que formas con tus sabanas verdes. Yo intento besar con palabras tus oídos ausentes, vos navegas en los sueños de las olas del mar de la inconsciencia. Esta de mucho decir que contemplar tu materia en este estado viviente y ausente, a la vez, me resulta tierno y excitante. Ahora que estas y que no estas, me dan ganas de decir muchas cosas, de iniciar un arduo proceso de decodificación por cada emoción que transite en mí esta madrugada.
Será una charla larga, profunda y sincera, más tengo tanto por decir que el silencio resulta el lenguaje mas adecuado para narrar el sentir infinito e ilimitado de mi ser.
Cuando las palpitaciones dialogan, rebotando una bajo la piel de la otra, las palabras estorban y las vocales se ahogan entre la saliva que corre en las cataratas de mi garganta. Yo prefiero olfatearte, olerte, respirarte fuerte y esperar a la respuesta de tu piel eriza ante las confesiones de mis respiraciones.
El lenguaje del cuerpo no miente mi amor, te lo digo yo que en algún momento repudie mi carne y deteste mi materia. Nuestros cuerpos no mienten cuando se juran amor eterno, pues nuestra eternidad es, en cada instante en que el tiempo invade el espacio y existimos.
Puedo ver tus ojos abiertos dentro de tus parpados cerrados. Se que andas por ahí, lejos de esta cama húmeda y chorreada que hace tan solo un par de horas fue nuestro paraíso. Te imagino libre, te siento danzando entre sueños y realidades con las que soñamos cuando estamos conscientes.
Despertá mi amor
Despertá entre tus sueños y encontrame por ahí, en algún rincón de tu mente, acariciándote con mis sueños concientes de esta noche.
Ahora es mi turno de dormir, de emigrar al universo con tus alas cocidas a mi alma que se eleva. Sabrás que estoy ahí, lejos de aquí pero siempre en casa. Con tu piel al lado de la mía, nuestro hogar parece traspasar la epidermis y situarse mas allá de nuestros poros.
No temas que yo tampoco temeré en este viaje desconocido hacia la autonomía de nuestras esencias.